31 de julio
Siguiendo con mi investigación bibliográfica acerca de los niños burbuja, descubrí en un libro que encontré en la biblioteca del Congreso, en uno de los estantes más altos de la sala de consulta y que estaba fuera de catálogo, que uno de los espías más importantes de la historia moderna fue ni más ni menos que un niño burbuja. Parece ser que este niño, que operaba bajo el nombre de Wilhelm Meister, había sido bisnieto de uno de los secretarios de Carlos Marx, y se había afiliado de muy joven al Partido Comunista. En los años 30, trabajó como periodista en Berlín haciéndose pasar por un simpatizante de las ideas del nazismo. El niño burbuja espía viajó así a la China y al Japón y allí se hizo confidente de hombres de negocios y diplomáticos. Desde allí, enviaba sus reportes a Moscú mediante la utilización de palomas mensajeras que criaba en la terraza de su casa en Kyoto. Un fatídico día de 1941, sin embargo, una de sus palomas se enredó con el hilo de un barrilete chino con forma de dragón y fue capturada por el servicio secreto oriental. Así fue como se descubrió que Wilhelm Meister era, en realidad, un niño burbuja. |